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¿Por qué nacen niños prematuros?

A pesar de que desde hace muchos años se está investigando para entender las causas de la prematuridad, todavía no se conocen bien y en casi la mitad de los nacimientos prematuros no se identifica ningún motivo. Se sabe, por ejemplo, que cuando hay más de un feto, es decir en los embarazos de gemelos y de trillizos, el útero, al tener varios niños en su interior, aumenta mucho de tamaño y llega un momento que está tan distendido como al final de un embarazo con un único feto, aunque sólo se esté, por ejemplo, de 30 semanas de gestación. Es ese momento el organismo “se confunde” y como percibe al útero ya tan grande, se cree que el niño está preparado para nacer y pone en marcha los mecanismos del parto. También se sabe que cuando existen alteraciones en el útero de la mujer como miomas, útero septo, útero bicorne, se favorece el nacimiento prematuro. En los últimos años se ha dado mucha importancia a las infecciones en la madre como posible mecanismo que ponga en marcha el parto de forma anticipada. El problema es que estas infecciones son pequeñas infecciones, difíciles de identificar y no está claro que al tratarlas disminuya la frecuencia de prematuridad. Otras veces, lo que ocurre es que aparecen problemas en la madre o en el niño y los ginecólogos deciden que es mejor para ambos finalizar la gestación y sacar, aunque sea antes de tiempo, al niño. Esto ocurre con bastante frecuencia cuando a la madre le sube la tensión arterial durante el embarazo, a veces llega un momento que no se puede controlar y lo único que se puede hacer para mejorar a la madre y para preservar la salud del niño es hacer una cesárea y extraer al niño. Otras veces, al ir haciendo ecografías durante el embarazo, se ve que el niño no está creciendo bien, es lo que se llama un crecimiento intrauterino retardado (CIR), si esto persiste en varios controles y el retraso es importante, se suele decidir sacar al niño antes de tiempo porque sin duda algún problema hay con el embarazo que hace que el niño no pueda desarrollarse correctamente. Aún después de todo lo que se ha comentado, casi en la mitad de los nacimientos prematuros, cuando se revisa la historia del embarazo, no se encuentra nada que pueda explicarlo. Son embarazos en los que todo había ido bien hasta que en un momento determinado la madre comienza a sentir contracciones y si los ginecólogos no pueden parar esas contracciones, en pocas horas nace el niño.

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¿Cuántos niños nacen prematuros?

Aproximadamente 10 de cada 100 niños nacen prematuros y 2 de cada 100 son grandes prematuros. Los niños prematuros son los que nacen antes de la 37 semana de gestación y los que se llaman grandes prematuros son los que nacen antes de las 32 semanas de gestación. En general, cuanto más prematuro es un niño, es decir menos semanas de gestación tiene, más problemas de salud puede presentar porque estaba menos preparado para nacer. En los países menos desarrollados, el problema de la prematuridad es mayor. En los países desarrollados, a pesar de que las condiciones sanitarias han mejorado significativamente en las últimas décadas y de que prácticamente todas las mujeres tienen acceso a cuidados prenatales durante el embarazo, la frecuencia de prematuridad está aumentando y no se sabe muy bien por qué. Uno de los factores que contribuye a la prematuridad es la edad materna. En no mucho tiempo se ha pasado de tener el primer hijo a los 24 años a tenerlo a los 30 años. La mayor edad materna favorece los embarazos gemelares y el hecho de ser más de un niño dentro del útero favorece a su vez la prematuridad. Además, hoy en día las parejas recurren con frecuencia a las consultas de esterilidad donde aplican técnicas de reproducción asistida para conseguir que la mujer se quede embarazada. El uso de estas técnicas también favorece los embarazos múltiples, con más de un feto, y por tanto la prematuridad. Ciertas condiciones laborales de la mujer, con un importante esfuerzo físico, también se han asociado al nacimiento prematuro. Pero a pesar de todo esto, gran parte del incremento que se está viendo en los partos prematuros, no se puede justificar por ninguna de estas causas y se habla de causas ambientales, contaminación, cambios del hábito de vida, etc. Pero nada de todo esto, hasta el momento, se ha podido demostrar claramente.

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¿Qué es ser un niño muy prematuro?

Nacer prematuramente significa nacer antes de cumplir las 37 semanas de edad gestacional. Se considera que el embarazo a término dura 40 semanas, pero desde la 37 los niños están preparados para nacer. Antes de las 37 semanas algunos órganos pueden no estar todavía preparados para asumir las funciones que les corresponde en la vida fuera del útero.

qué es un prematuro

Los órganos que maduran más tarde y los que suelen dar más problemas si se nace prematuro son los pulmones. De todas formas muchos niños que nacen prematuros no presentan ningún problema al nacimiento, simplemente son un poco más pequeños. Los niños que nacen antes de la semana 32 de gestación son a los que se les llama niños muy prematuros. Éstos casi nunca están preparados para nacer y siempre tienen que permanecer ingresados en un servicio de neonatología durante unas semanas. Aunque sus órganos hayan conseguido madurar a tiempo, en general no son capaces de comer, de succionar y tragar de forma coordinada, por lo que precisan alimentarse a través de una sonda, que va de la boca o la nariz al estómago, durante un periodo variable de tiempo. Los niños muy prematuros deben madurar en un ambiente muy diferente al del útero materno. Aunque en las unidades de cuidados intensivos neonatales existen muchos adelantos tecnológicos, todavía se está muy lejos de poder simular siquiera al útero materno. Para los niños supone un cambio muy brusco, ni sus sentidos, ni su cerebro estaban preparados para recibir tantos estímulos en ese momento. No están preparados para la luz intensa de las unidades de cuidados intensivos neonatales, ni para el ruido que hay en ellas, ni para que se les interrumpa el sueño continuamente... todo les resulta muy extraño. Los padres de alguna forma pueden compensar estos estímulos desfavorables y cuando compartan tiempo con su hijo pueden proporcionarle estímulos placenteros que él enseguida aprenderá a identificar. Ahora en muchas unidades de cuidados intensivos se cubre la incubadora con una manta para protegerles de la luz, se intenta disminuir el ruido, se les coloca en unos “niditos” de tela que simulan el útero materno, si se les deja sin más en la incubadora, se encuentran perdidos porque ellos están acostumbrados a sentir en sus manos, en sus pies y en su cabeza el contacto continuo con las paredes del útero. Con todo esto se quiere conseguir que el ambiente sea lo menos extraño para estos niños que nacen antes de tiempo.

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¿Qué se puede hacer para prevenir la prematuridad?

Realmente poco se sabe de cómo prevenir la prematuridad y lo que se sabe es difícil de aplicar. Por un lado, si cuando, por ejemplo, se realiza una técnica de fertilización in vitro sólo se implantara un embrión, se evitarían bastantes embarazos gemelares que son una causa de prematuridad y por tanto se estaría previniendo el nacimiento de niños prematuros. También si se disminuyera la edad en la que las mujeres tienen a sus hijos probablemente se prevendría la prematuridad, porque la mayor edad materna se ha asociado con un incremento de nacimientos prematuros. Cuanto más saludable sea el estilo de vida de la mujer y mejor estado de salud que tenga, probablemente aparezcan menos problemas durante la gestación. Una medida que sin duda tendría mucho impacto, tanto en la salud de la madre como en la del niño y que probablemente también conseguiría disminuir el número de nacimientos prematuros, es que las madres dejaran de fumar al menos durante la gestación y tras el nacimiento del niño. Esto sería un gran avance, con grandes beneficios en la salud de la población y especialmente en la salud de los recién nacidos, pero para ello se necesitan grandes campañas de sensibilización, muy bien pensadas y dirigidas a esta población, circunstancia que hasta ahora no se ha logrado.

Cuando una mujer está embarazada y comienza a tener contracciones o rompe la bolsa antes de que el niño esté preparado para nacer, los ginecólogos intentan aplicar diversos tratamientos para que las contracciones se paren o en caso de que se haya roto la bolsa, para evitar la infección y que el embarazo pueda continuar. Estos tratamientos cada vez son más eficaces pero aún así, en algunos casos, no tienen el efecto deseado. También, cuando una mujer comienza con contracciones o con algún signo de amenaza de parto prematuro, se le suelen administrar unas inyecciones de corticoides. Esta medida no previene el parto prematuro, su objetivo es preparar al niño, hacerle madurar, para que el niño nazca en las mejores condiciones posibles, si a pesar de los tratamientos aplicados a la madre no se puede evitar el parto prematuro.

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¿Qué es un servicio de neonatología?

En los servicios de neonatología se atiende a los recién nacidos, tanto a los que nacen sin problemas como a los niños prematuros o enfermos. La enfermera de neonatología va a todos los partos y se asegura de que el niño ha nacido bien. Si tiene dudas o cree que tiene algún problema, lo lleva al servicio de neonatología para que lo valoren los neonatólogos. La mayoría de los niños nacen bien y pueden quedarse con su madre y su padre. A veces, aunque precisen pequeños cuidados especiales, si se pueden proporcionar estando con los padres, se hace así para no separar al recién nacido. Pero otras veces el tipo de cuidados que precisa el niño no se puede proporcionar estando con los padres y hay que ingresarlo en el servicio de neonatología. Esto es así siempre en el caso de los recién nacidos muy prematuros.

En los servicios de neonatología existen zonas con diferentes tipos de cuidados. Los niños más graves o muy prematuros precisan de muchos cuidados y por eso es mejor que estén en la unidad de cuidados intensivos, donde además de disponer de muchos aparatos que facilitan la vigilancia de los niños, se dispone de más enfermeras. En los cuidados intermedios están los niños que ya han salido de los cuidados intensivos, porque ya han mejorado o porque aunque hayan precisado ingreso, su situación no justificaba el ingreso en cuidados intensivos. Los médicos y las enfermeras tratan de que el ingreso sea lo más breve posible para que el niño vaya cuanto antes con su familia. Mientras tanto, durante el ingreso, los padres, en la medida de lo posible, pueden colaborar en los cuidados del recién nacido muy prematuro o enfermo.

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¿Quiénes trabajan en un servicio de neonatología?

En un servicio de neonatología trabajan muchos profesionales porque el cuidado de los niños prematuros es una tarea compleja y precisa de los conocimientos y la experiencia de diferentes profesionales. Las que más tiempo van a pasar cerca del niño son las enfermeras y las auxiliares de enfermería, porque ellas son las que proporcionan día y noche los cuidados que precisa el niño. Las enfermeras preparan y administran las medicaciones y los sueros, cogen vías, extraen las analíticas, aspiran las secreciones de la vía aérea y de la boca y procuran confort y comodidad al niño, en definitiva son las responsables de los cuidados del niño. Las auxiliares ayudan a las enfermeras en su trabajo y se encargan sobre todo del aseo y de la alimentación del niño. Unas y otras conocen a los niños muy bien porque comparten mucho tiempo con ellos, sin duda pueden ayudar a los padres para que poco a poco vayan asumiendo algunos de los cuidados que precisa el niño.

Los médicos que trabajan en los servicios de neonatología son los neonatólogos. Son médicos pediatras que se han especializado en la atención de los recién nacidos. Los neonatólogos organizan la atención del niño, diagnostican e indican los tratamientos. En muchos servicios de neonatología existen médicos jóvenes especializándose en pediatría, son los llamados residentes y están bajo la supervisión de un neonatólogo. Además de neonatólogos para atender a los recién nacidos se necesitan otros especialistas como son: cardiólogos, cirujanos, oftalmólogos, radiólogos, neurólogos, neurocirujanos, etc. Pero además conviene contar con la ayuda de trabajadores sociales, fisioterapeutas y psicólogos. En los servicios de neonatología también se dispone de secretarias para realizar todas las labores administrativas. El objetivo de todos es atender de la mejor forma posible a los recién nacidos y a sus familias.

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¿Qué problemas puede tener un niño muy prematuro tras el nacimiento?

Se dice que un niño es prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de gestación. Esto significa que si nace antes de este momento, puede ser que alguno o varios de sus órganos no estén todavía preparados para asumir las funciones que les corresponden fuera del útero. Casi todos los órganos pueden dar problemas, pero los pulmones suelen ser los que más manifiestan su falta de madurez. Para que al respirar, cuando se expulsa el aire, los pulmones no se deshinchen como un globo, y ya no se puedan volver a hinchar o se precise mucho esfuerzo para hacerlo, se necesita una sustancia llamada surfactante que ayuda en todo este proceso. El surfactante no aparece en los pulmones hasta el final del embarazo, por este motivo muchos niños muy prematuros necesitan ayuda para respirar durante las primeras horas o días de vida. La enfermedad que aparece por falta de surfactante se llama enfermedad de membrana hialina. Actualmente se dispone también de una medicación que es similar al surfactante humano y cuando existen problemas para respirar se le administra al niño a través de la tráquea. A veces la evolución respiratoria se complica y los niños necesitan cierta ayuda para respirar y suplementos de oxígeno durante bastante tiempo. Algunos de estos niños acaban teniendo a una displasia broncopulmonar, que es una enfermedad que se caracteriza porque el niño precisa suplementos de oxígeno durante varias semanas. En general, la mayoría evolucionan favorablemente y sólo en unos pocos persiste la necesidad de oxígeno después del alta.

Cuando el niño está dentro de la madre, la sangre del feto circula de una forma diferente a cuando el niño ya ha nacido. Dentro del útero existe un vaso sanguíneo, llamado ductus, que es imprescindible para la vida del feto. Sin embargo, este vaso debe cerrarse al nacer el niño. En algunos niños muy prematuros permanece abierto y esto complica la evolución respiratoria y hay que intentar cerrarlo, para ello se usa una medicación llamada indometacina. A veces no se consigue el cierre con la indometacina o por otros problemas que tiene el niño no se puede administrar, por lo que hay que recurrir a la cirugía para cerrarlo. Esta intervención quirúrgica no suele tener complicaciones.

El aparato digestivo, en ocasiones, tampoco está preparado para aceptar la leche y hay que ir dándoles pequeñas cantidades de leche hasta que su intestino se vaya acostumbrando. La leche que mejor aceptan los niños con problemas digestivos es la leche de su propia madre. Algunos niños tienen una enfermedad llamada enterocolitis necrotizante que se produce porque a su intestino no le llega bien el flujo de sangre. Para recuperarse necesitan estar sin leche durante un tiempo y a veces se precisa cirugía.

Los niños prematuros tienen unas defensas muy débiles contra la infección. Por ello es muy frecuente que sufran infecciones tanto al nacimiento, a veces lo que provoca el nacimiento prematuro es una infección, como luego durante los días de estancia en el servicio de neonatología. Las infecciones se tratan con antibióticos, a veces son muy graves y afectan a todos los órganos con lo que complica mucho su tratamiento.

El cerebro, al igual que ocurre con los otros órganos, tampoco está preparado para nacer, por decirlo de alguna manera, no está bien organizado y tiene zonas muy frágiles. Como está en pleno desarrollo y actividad, tiene muchos vasos sanguíneos y sangra con facilidad. Gran parte de las hemorragias que presentan los prematuros no influyen en la evolución del niño y se resuelven sin problemas. Sin embargo las hemorragias que se llaman de grado 3 ó mayor o las lesiones que afectan al tejido del cerebro en sí, pueden afectar al desarrollo del niño sobre todo en los aspectos del movimiento.

La retinopatía de la prematuridad es una alteración de los vasos sanguíneos del ojo del niño muy prematuro. Esta enfermedad afecta a los vasos de la retina que es la parte del ojo que recibe las imágenes. Por tanto es fundamental para tener una visión adecuada. A todos los niños muy prematuros se les revisa los ojos varias veces durante su ingreso para vigilar la aparición de esta enfermedad. Si es importante, es decir si alcanza el grado 3, la mayoría de las veces se trata con láser para evitar que la retina se desprenda y se pierda la visión. En su desarrollo influyen numerosos factores, el más importante de todos es la propia inmadurez del niño, cuanto más prematuro sea, más riesgo tiene de presentar esta enfermedad.

En ocasiones la evolución de los niños muy prematuros se complica mucho y están afectados varios órganos a la vez, en estas ocasiones su tratamiento es muy complejo. Los médicos y las enfermeras tratarán de resolver todas las dudas que tengan los padres.

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¿Por qué los niños muy prematuros tienen tantas infecciones?

A veces el parto prematuro se desencadena por una infección y el niño muy prematuro nace infectado. Pero la mayoría de las veces las infecciones de los niños muy prematuros se contraen durante la estancia en los cuidados intensivos neonatales. Las causas por las que los niños muy prematuros adquieren tantas infecciones son varias. Por un lado, se sabe que el sistema inmunológico, es decir, las defensas de los niños muy prematuros, es muy débil y por tanto tiene poca capacidad para luchar frente a los diferentes gérmenes. Por otro, para atender a estos niños tan prematuros son necesarios una serie de cuidados que aumentan el riesgo de infección. Por ejemplo, si un niño necesita estar conectado a un respirador porque no puede respirar sin ayuda, hay que colocarle un tubo en la tráquea y esto aumenta el riesgo de infección. Si no puede comer necesita una vía para administrarle sueros o lo que se llama alimentación parenteral, que es administrar los nutrientes a través de una vena; cuando un niño necesita una o más vías también tiene aumentado el riesgo de infección porque son una puerta de entrada para los gérmenes. Además la piel, que es una barrera muy importante para prevenir las infecciones, en los niños muy prematuros es extremadamente fina y se lesiona con mucha facilidad aunque se extremen los cuidados. Otro factor a considerar es que como con mucha frecuencia en los cuidados intensivos hay que usar antibióticos para tratar las infecciones, los gérmenes se van haciendo cada vez más fuertes y más resistentes a los antibióticos y se dificulta el tratamiento de las infecciones que producen.

El contacto con los padres no incrementa el riesgo de infecciones, son los gérmenes de los hospitales los que causan problemas, no los que puedan tener los padres. La mejor forma de prevenir la infección es quitarse todas las joyas y relojes de las manos y muñecas y realizar un cuidadoso lavado de manos antes de tocar al niño. Cada vez que se vaya a tocar se deben volver a lavar las manos y durante todo el tiempo de estancia en el servicio de neonatología es mejor que no se utilicen ni joyas ni relojes.

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¿Cómo se amamanta a un niño muy prematuro?

Muchas madres creen que como el niño ha nacido muy prematuro no van a poderlo amamantar. Esto no tiene porque ser así. Cuando un niño nace a su tiempo y poco después del parto se agarra al pecho y comienza a succionar, la succión del niño es lo que hace que “suba la leche”. Como las madres de los niños muy prematuros no pueden ponerse al niño al pecho para mamar, se les explica como pueden estimularse con un sacaleches para que también a ellas les “suba la leche”. Una vez que les “suba la leche” se podrá mantener la producción de leche extrayéndola frecuentemente, sobre todo al principio. Cuantas más veces se extraiga la leche con el sacaleches, más cantidad de leche se producirá. Si algún día, por los motivos que fueran, disminuye la cantidad de leche, lo mejor es aumentar el número de veces que se extrae. Para cualquier niño, la leche de su madre es la mejor que se le puede dar. Para los niños muy prematuros y enfermos todavía ofrece más ventajas, ya que les ayuda a reforzar las defensas del niño y es la que mejor tolera su estómago y su intestino enfermo o inmaduro. Por todo esto, aunque la cantidad de leche extraída por la madre sea muy pequeña, tendrá efectos beneficiosos para el niño. La leche de su madre se le dará al niño a través de una sonda que va desde la boca o la nariz al estómago. El ponerse al niño en contacto piel a piel (lo que también se llama método canguro, es decir, el niño desnudo en contacto con la piel desnuda del pecho de la madre o del padre) favorece la producción de leche, el niño se familiariza con el olor materno, va haciendo intentos por agarrar el pezón y de vez en cuando lo consigue. Si en este momento aún es muy pequeño, la madre deberá extraerse la leche antes de que lo ponga en contacto piel a piel, para evitar así que el niño se atragante al llegarle gran cantidad de leche. Cuando vaya creciendo y madurando, poco a poco, el niño podrá ir extrayendo del pecho la leche que necesita para crecer. En general los niños muy prematuros se cansan pronto de mamar, por lo que hay que ofrecerles el pecho con mucha frecuencia, 12, 14, 16 veces al día, siempre que esté despierto y se le vea con ganas de succionar. La leche que las madres se extraen se puede conservar en la nevera durante 48 horas y hasta 6 meses en los congeladores de tres estrellas. Es importante lavarse las manos antes de extraerse la leche y que todos los utensilios (sacaleches, biberón y tetinas) estén bien limpios. Aunque mantener la producción de leche durante meses es una dura experiencia, ayudará al niño y si finalmente se consigue que el niño pueda mamar, será una experiencia placentera para ambos.

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¿Qué es el método canguro o el contacto piel a piel?

El método canguro es un bello ejemplo de cómo algunas de las soluciones que encuentran los países con menos recursos económicos para poder atender a los niños muy prematuros, puede aplicarse a los niños de los países desarrollados. El método canguro se puso en práctica por primera vez en un hospital en Colombia. En los hospitales colombianos fallecían muchos niños prematuros por infecciones y a unos doctores se les ocurrió que en vez de tener a los niños en las incubadoras, quizás sería mejor que estuvieran desnudos entre los pechos desnudos de las madres, que fuera la propia piel de la madre la que les diera calor, así se protegerían de los gérmenes que existían en los hospitales. Así que empezaron acanguro colocar a los niños en esta posición y se les sujetaba con una banda de tela ancha. También los padres podían proporcionar este tipo de cuidados. Con la implantación de este método de cuidados no sólo se vio que disminuyeron las infecciones, sino que además la ansiedad de las madres y padres disminuía, se sentían más seguros en el cuidado de sus hijos y los niños se mantenían más estables, es decir, tenían menos episodios de empeoramiento que cuando estaban en la incubadora. Cuando se conocieron todas estas ventajas de un cuidado tan sencillo y barato, se decidió implantar en muchos de los hospitales de todo el mundo. También se le llama contacto piel a piel, porque ambas pieles, la de los padres y la de los niños, tienen que estar en contacto; no sirve si existen ropas o telas de por medio. Los padres lo describen como una experiencia placentera y el niño se muestra tranquilo y relajado. Si se coloca un pequeño trozo de tela sobre la piel desnuda del padre o la madre cuando están haciendo contacto piel a piel, esta tela se impregnará con el olor de los padres y del niño y después, cuando los padres no estén cerca del niño, éste podrá tener el trapito cerca de él con el olor de sus padres y le proporcionará sensación de seguridad y confort. El sentido del tacto y del olfato son los que están más desarrollados en los niños prematuros.

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¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo muy prematuro?

Cuando el niño ha nacido muy prematuro precisa un largo ingreso hospitalario. Aunque estar en el hospital no es igual, ni mucho menos, que estar en casa, hay que intentar compartir con el niño el mayor tiempo posible. En España algunas unidades de neonatología mantienen horarios de visita muy restrictivos para los padres, esto poco a poco está cambiando, pero de todas formas será muy positivo que los padres aprovechen todas las ocasiones que puedan para estar cerca de su hijo. Se ha demostrado que el contacto físico de los padres con el niño disminuye la ansiedad de los padres y favorece el crecimiento y el desarrollo del niño. Cuando el padre o la madre, están en contacto piel a piel con el niño, tanto los padres comocómo cuidar los niños liberan una serie de hormonas que tienen efectos muy positivos para ambos. Acariciarle, hablarle, acunarle y sobre todo aplicar lo que llamamos el método canguro o contacto piel a piel (el niño está desnudo sobre el pecho descubierto de la madre o del padre), hace avanzar en el conocimiento mutuo de padres y niño, que habitualmente surge de forma espontánea, pero que en el hospital está dificultado por la separación física que lleva consigo el ingreso hospitalario. Cuanto mejor conozcan los padres al niño, más fácil les será ayudar a cuidarle participando en pequeñas labores como por ejemplo administrarle la leche por una sonda o bañarle. Todo esto hará que se incremente la confianza de los padres y que, además, cuando llegue el momento del alta se sientan preparados para cuidar a su hijo. También se ha visto que cuanto más tiempo pasa la madre con el niño, más cantidad de leche se extrae y que posteriormente más fácil es amamantarle. Los niños muy prematuros son capaces de identificar las voces y los olores desde el mismo momento del nacimiento y reaccionan positivamente a estímulos placenteros como pueden ser las caricias. Algunos padres, como ven al niño con un aspecto tan frágil y los médicos les han comentado que los niños prematuros tienen mucho riesgo de infección, creen que si los tocan los van a infectar. Hace ya mucho tiempo que se demostró que esto no era así. Si el padre o la madre se lavan las manos antes de tocar al niño, es suficiente y para el contacto piel a piel sólo se precisan las medidas elementales de higiene de un adulto. El problema de las infecciones de los prematuros tiene que ver con los gérmenes peligrosos y difíciles de combatir que existen en todas las unidades de cuidados intensivos, pero no se relaciona con el contacto físico con los padres. Si pueden, es aconsejable que hagan fotos del niño, que le lleven juguetes, dibujos, que decoren su espacio, que, de alguna manera, transformen “un trozo” del hospital en su hogar.

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¿Qué aparatos se utilizan en un servicio de neonatología?

Una de las cosas que más llama la atención a una persona que por primera vez visita un servicio de neonatología es la cantidad de aparatos que hay alrededor de cada niño. Casi no se ven los niños. Todos estos aparatos ayudan a su cuidado y algunos son fundamentales para su supervivencia. Por ejemplo, las incubadoras son imprescindibles. Los niños muy prematuros no son capaces de controlar la temperatura de su cuerpo, de hecho, antes de que existieran las incubadoras, los niños muy prematuros fallecían por hipotermia, es decir, su cuerpo no era capaz de mantener la temperatura y ésta descendía hasta valores incompatibles con la vida. Hoy en día las incubadoras son aparatos muy sofisticados, se selecciona qué temperatura queremos que tenga el niño y ella regula la temperatura del ambiente para que el niño siempre tenga la temperatura deseada. Actualmente también regulan la humedad del aire y esto también es muy importante porque los niños muy prematuros pierden mucha agua a través de su fina piel. Las más sofisticadas pueden controlar la cantidad de oxígeno e incluso tienen una báscula incluida con la que es muy fácil saber lo que pesa el niño cada día. La aparición de los respiradores neonatales supuso un gran avance en la neonatología. Los respiradores son máquinas que “respiran” por el niño cuando éste no puede hacerlo de una manera eficaz. Meten aire en el pulmón sin que el niño tenga que hacer ningún esfuerzo. Hay muchos tipos de respiradores pero en esencia todos hacen lo mismo. Para que un niño pueda estar conectado a un respirador tiene que estar intubado, es decir, tiene que tener un tubo dentro de la tráquea. Desde hace unos años se dispone de otros aparatos que se llaman CPAP. Éstos ayudan a respirar al niño, de forma que con la CPAP les cuesta menos trabajo respirar y así no se cansan. Estos aparatos se aplican poniendo unos tubos muy cortitos en la nariz, y son más sencillos y menos agresivos que los respiradores. Otros aparatos, que llaman mucho la atención, son las lámparas de fototerapia. Son una especie de focos o tubos fluorescentes que se colocan encima de los niños y que emiten una luz muy intensa. Se utilizan para bajar la bilirrubina. Otro tipo de aparatos que ayudan mucho al cuidado de los niños son los monitores. Los monitores van registrando las constantes del niño, o sea, recogen la frecuencia de latidos del corazón, las veces que respira y la tensión arterial. Cuando cualquiera de ellos baja o sube excesivamente, el monitor avisa pitando. No siempre que pita un monitor significa que le pasa algo al niño. De hecho, la mayoría de las veces lo que significa es que él no es capaz de registrar bien: el problema es del aparato no del niño. Un monitor especial es el que se llama monitor de saturación o pulsioxímetro. Con él se puede registrar si la cantidad de oxígeno que está llegando a la sangre es la adecuada. Antes, para conocer el oxígeno de la sangre, se tenía que pinchar al niño y hacerle un análisis de sangre. Ahora podemos conocer los valores del oxígeno en la sangre de forma continua y sin tener que pinchar al niño. Para que estos monitores puedan trabajar, hay que colocar una pequeña luz roja en la mano o en el pie del niño. En los servicios de neonatología se dispone ahora de multitud de bombas de perfusión. Estos aparatos ayudan a administrar las medicaciones y los sueros de forma correcta. Algunas de ellas sirven para administrar la leche a los niños a través de una sonda. Los médicos y las enfermeras que atienden a los niños aclararán a los padres cualquier duda que puedan tener sobre los aparatos necesarios para el cuidado de sus hijos.

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¿Qué pruebas se le hacen a un niño muy prematuro?

Los niños muy prematuros precisan numerosas pruebas para realizar los diagnósticos de las enfermedades y para ver cómo es la evolución de las mismas.

Análisis de sangre. Con frecuencia hay que extraer una muestra de sangre del niño para ver cómo están funcionando sus órganos. Uno de los análisis que se realizan con más frecuencia son las llamadas gasometrías o pruebas de equilibrio ácido-base, con este análisis se determina la cantidad de oxígeno y de dióxido de carbono que lleva la sangre. Nos proporciona información sobre cómo están funcionando los pulmones y por ello es de mucha utilidad. También con frecuencia se miden los niveles de glucosa. Los niños prematuros tienen dificultades para mantener la glucosa en los niveles adecuados y no es raro que estén más altos o más bajos de lo que debieran. Se determina la hemoglobina porque en muchas ocasiones hay que transfundirles sangre. Se miden los iones, sodio y potasio sobre todo, porque sus riñones inmaduros muchas veces pierden o retienen más de lo necesario. También, ante la sospecha de infección, se extrae sangre para enviarla a cultivo y determinar si existe algún germen infeccioso en ella. Los análisis de sangre se pueden extraer de diferentes formas. Se puede pinchar en el talón del niño y con la sangre que sale del pinchazo rellenar un pequeño tubito de cristal, es lo que llamamos analítica capilar. Otras veces se pincha en las venas de los niños o se extrae la sangre de catéteres (tubos flexibles) que tienen colocados en las venas y así no hace falta pincharles para extraerles las muestras para analítica.

Punción lumbar. Ante la sospecha de infección se debe tomar una muestra del líquido que está dentro de la columna vertebral, el líquido cefalorraquídeo. Si este líquido está alterado, es un signo de meningitis.

Pruebas de radiología. Casi a diario durante los primeros días, se realizan radiografías del tórax o del abdomen para ver los pulmones o el aparato digestivo. Son muy útiles también para determinar dónde están colocados los catéteres que se les introduce a través de las venas para administrar sueros y medicaciones y extraer muestras para analíticas. Durante el ingreso de los niños muy prematuros se realizan varias ecografías cerebrales para ver si han aparecido signos de hemorragia o de sangrado. También se hacen ecografías del abdomen para ver los riñones y el hígado y el bazo. A veces para diagnosticar la presencia del ductus, se realizan ecografías cardiacas.

Exploración del fondo de ojo. Aproximadamente seis semanas después del nacimiento es aconsejable realizar una exploración del fondo de ojo para ver cómo están los vasos sanguíneos de la retina e intentar detectar signos de retinopatía de la prematuridad.

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¿Qué pasa con los hermanos de los niños muy prematuros?

Los hermanos de los niños muy prematuros no entienden muy bien lo que pasa, ven a su madre de vuelta a casa sin el hermano, los padres suelen estar tristes y tienen que pasar muchas horas en el hospital, por lo que ellos se quedan en muchas ocasiones bajo el cuidado de otras personas.

hermano

La única forma para que puedan hacer frente a esta situación es conocer lo que está pasando. En la medida de lo posible, y adaptando el contenido a la edad de cada niño, los padres le explicarán lo que está ocurriendo: el hermano ha nacido antes de tiempo cuando todavía no estaba preparado para estar fuera de mamá, por eso tiene que estar en el hospital hasta que ya se haga lo suficientemente fuerte como para no necesitar ayuda de los médicos y de las enfermeras. Si es posible, debe visitar a su hermano, estar cerca de él, verle, hablarle y tocarle disminuirá sus dudas y su ansiedad. Aunque las cosas fueran mal y el hermano prematuro falleciera, siempre es mejor que el niño haya podido conocer a su hermano y así comprenderá y compartirá, al menos en parte, los sentimientos de sus padres. Si se intenta ocultar la verdad, fingir que todo está bien o que nada ha pasado, percibirá de todas formas que no es así e incluso podrá llegar a culparse de la tristeza de sus padres. Siempre se hace frente mejor a lo conocido que a lo desconocido y los niños no son diferentes de los adultos en este aspecto. Si puede visitar a su hermano, y aunque no pueda, se le puede animar para que pinte dibujos para ponerlos en la incubadora del hermano o que le haga otro tipo de regalos, de tal forma que sienta que él también está cerca de ese niño tan pequeño que ha llegado antes de tiempo.

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¿Cómo crecen los niños muy prematuros?

El peso al nacimiento de los niños muy prematuros es muy bajo, muchos de ellos pesan menos de 1.000 g al nacer. Durante los primeros días pierden peso y después los problemas que van presentando hacen que la ganancia de peso esté por debajo de la deseable. Pasadas las primeras semanas, muchos de ellos engordan sin dificultad y comen sin problemas. Algunos llevan una curva de peso más lenta y pesan menos de lo que les correspondería para su edad, aún considerando la edad corregida que es la edad que tendría el niño si hubiera nacido en la fecha prevista de parto. Más que el peso en sí, lo importante es si el peso va aumentando poco a poco.

Si el niño está con lactancia materna, lo ideal es que se mantenga de esta forma hasta los seis meses de edad y después, manteniendo la lactancia, ir introduciendo otros alimentos para que complementen su alimentación. Si toma leche artificial y come regular, se pueden añadir cereales para aumentar el aporte calórico. A algunos niños muy prematuros les cuesta mucho comer con cuchara y hay que tener paciencia y no preocuparse por ello.

 La mayoría de los niños muy prematuros alcanzarán antes de los dos años un peso y una talla normales para su edad. Los niños extremadamente inmaduros, niños de 23 a 26 semanas de gestación y los que al nacer pesaron menos de lo que les correspondía para su edad gestacional, niños de bajo peso para la edad gestacional, suelen ir más despacio y alcanzan con mayor dificultad las curvas de crecimiento normales. De todas formas, a lo largo de toda la infancia, poco a poco, se van aproximando al peso y la talla de los niños de su edad.

El peso es uno de los mayores motivos de preocupación durante los primeros tiempos tras el alta, porque de alguna forma se identifica bajo peso con fragilidad. El pediatra del niño vigilará su evolución y también el neonatólogo si el niño acude a una consulta de seguimiento. Los padres deben seguir las recomendaciones que le den con respecto a la alimentación del niño, pero a la vez deben intentar mantenerse relajados, porque pocas veces es realmente un motivo de preocupación. La mayoría de los niños evolucionarán favorablemente e incluso algunos de ellos llegan después a presentar sobrepeso.

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¿Qué cuidados hay que tener con los niños muy prematuros cuando ya están en casa?

Después de las largas semanas de ingreso, cuando por fin llega el momento del alta, algunos padres se sienten preocupados porque se preguntan si sabrán cuidar al niño en casa. Cuando un niño se va de alta es porque los médicos consideran que puede estar en casa sin problemas y que los padres se pueden hacer cargo de él. Cuanto más tiempo hayan pasado los padres con el niño durante el ingreso, mejor lo conocerán y más fácil les será cuidarle y atenderle.

Al irse a casa, los niños pueden notar el cambio de ambiente, es como si echaran de menos el hospital que ha sido su casa hasta ese momento. Pueden estar más irritables y llorar con frecuencia. La creencia popular de que a los niños hay que dejarles llorar porque si no se acostumbran a estar en brazos, no tiene ninguna base y va en contra de los instintos más primitivos. Todos los animales mamíferos permanecen durante los primeros meses en contacto físico con sus crías. Las cunas las han inventado los hombres, pero en las culturas primitivas todavía las mujeres llevan consigo al niño, pegado a su cuerpo, todo el día. Los niños lloran porque se sienten inseguros o tienen alguna necesidad, cuanto más tiempo se les deja llorar, más irritables se vuelven y probablemente se sienten más inseguros. Los niños muy prematuros han tenido poco contacto físico con sus padres durante el tiempo de ingreso y parte de los estímulos que han recibido han sido estímulos desagradables, pinchazos y manipulaciones incomodas, por tanto, de alguna forma sería recomendable compensarle y devolverle todas las caricias que no se le han podido proporcionar. No tiene ningún sentido dejarles llorar para que “se acostumbren”.

Salvo que el médico indique lo contrario, podrán salir a pasear, mejor a lugares abiertos que a sitios cerrados. Los bares, cafeterías y los lugares con aglomeraciones de gentes se deben evitar, porque se les puede exponer al humo del tabaco y además les pueden transmitir alguna infección respiratoria dañina para el niño. Si los hermanos van a colegios o guarderías, cuando se acerquen al niño deben llevar las manos limpias. Por otro lado la presencia de otros niños en la casa le ayudará en su desarrollo, por lo que no hay que intentar que los hermanos estén separados del niño prematuro.

Si el cuidado de un recién nacido ya es complicado y a veces absorbe casi las 24 horas del día, el cuidado de un niño muy prematuro todavía requiere más tiempo, pues como regla general comen más despacio y precisan más tiempo para realizar cualquier actividad. Las madres de los niños muy prematuros, que suelen ser quienes se encargan de su cuidado durante las primeras semanas porque son ellas las que suelen disfrutar de la baja maternal, precisan apoyo de su pareja y de otros miembros de la familia o amigos para poder disfrutar de algún tiempo de descanso. El largo ingreso desgasta física y psíquicamente a los padres y después del alta tienen que continuar realizando un gran esfuerzo por ello, es recomendable que de vez en cuando otras personas participen en el cuidado del niño.

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¿Qué problemas puede tener un niño prematuro a largo plazo?

Aunque las primeras semanas de los niños prematuros puedan ser muy complicadas, la mayoría de los niños evolucionarán bien y no se diferenciarán de otros de su edad. Hay que considerar que durante los primeros meses de vida y hasta los dos años de edad hay que valorar al niño con lo que se llama edad corregida, que es la edad que tendría el niño si hubiera nacido en la fecha prevista de parto. Es decir, hay que descontar el número de semanas que se han adelantado. Con respecto al desarrollo motor, la mayoría de los niños muy prematuros se sentarán antes de los 9 meses de edad corregida y caminarán antes de los 18 de edad corregida. Algunos niños muy prematuros que han estado muy enfermos, por ejemplo si precisan oxígeno durante mucho tiempo, pueden ir más despacio y adquirir la sedestación y la marcha más tarde. Hay niños muy prematuros que están rígidos, como si tuvieran mas fuerza de la normal. Este aumento del tono muscular, gran parte de las veces es transitorio y se resuelve sin problemas. Una pequeña proporción de niños muy prematuros muestran problemas para sentarse, para caminar e incluso para manipular los objetos con las manos, la alteración motora más habitual de los niños muy prematuros es la parálisis cerebral y aunque existen diferentes grados de afectación, supone una limitación importante para el niño y su familia por lo que se precisa de la ayuda de múltiples profesionales y de cuidados especializados para conseguir que el niño desarrolle al máximo sus capacidades.

Algunos niños van madurando más lentamente y precisan de estimulación para acelerar el proceso de maduración. En los Centros de Atención Temprana, diferentes profesionales como son los psicólogos, fisioterapeutas y estimuladores ayudan a los padres y al niño para conseguir mejorar la evolución.

Una proporción pequeña de niños muy prematuros presentan alteraciones sensoriales, déficit de visión o de audición, por eso es conveniente que oftalmólogos y otorrinolaringólogos revisen periódicamente a los niños muy prematuros.

Cuando los niños muy prematuros tienen ya 3 ó 4 años, algunos se muestran muy inquietos y con dificultades para mantener la atención en el colegio. El apoyo por parte de psicólogos con experiencia en niños prematuros, ayudará a resolver estas dificultades.

En algunos servicios de neonatología, tras el alta, se ofrece incluir a los niños prematuros y a sus familias en un programa de seguimiento que suele tener como objetivos apoyar a los padres en el cuidado del niño durante los primeros años, coordinar las diferentes revisiones médicas de diferentes especialistas a las que deben acudir e intentar detectar precozmente las alteraciones que puedan surgir.

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